Es curioso lo fácil que es que se eche a perder un plan. Estaba muy claro, situarse delante y en cuanto den la salida salir corriendo para evitar los tapones iniciales de la natación. Tardé un segundo en poner en marcha el crono y salir corriendo pero en cuanto levanté la vista ya tenía a 20 o 30 personas delante!!
Me coloco como puedo, y no me tiembla el pulso a la hora de meterme en el agua, estoy rodeado, la gente me empuja por detrás, me pegan por los lados. Asumo la situación, se que es cuestión de tiempo que se calme, tarde o temprano pasará así que mientras tanto solo es cuestión de aguantar el tipo y no resultar muy tocado. Es curioso como aveces en el deporte encuentras analogías tan claras con la vida.
Entre respiración y respiración veo una boya roja que marca el final de la linea de paso para embarcaciones, la boya de giro está cerca, he avanzado más de lo que pensaba la busco con la mirada, no me quiero acercar mucho porque eso significaría arriesgarme a recibir demasiados golpes y a frenar el ritmo. Tengo que frenar un poco pero consigo sortear el giro y dejarme llevar por la estela de gente que se dirige ya a por la segunda y última boya yo ni la veo ni la busco. Nuevamente me sorprendo de lo rápido que llegamos al giro y lo sorteo con igual suerte, me queda un último largo, me calmo e intento marcar un ritmo tranquilo intentando seguir la estela de alguien.
El agua es transparente, se puede ver el fondo incluso en la parte más lejana del recorrido, veo que me flanquean dos triatletas y sin querer le doy un manotazo al de mi derecha (creo que se me cruzó delante pero no estoy seguro si me crucé yo) le pediría disculpas pero ni el esta en situación de aceptarlas ni yo de darlas, así que los dos seguimos nadando. En las últimas brazadas saco más la cabeza fuera del agua, no para ver mejor la linea de playa y dirigirme, sino para ver quien ha salido ya del agua, identifico a Loner que al salir de la arena se choca con otro triatleta y ambos siguen corriendo, a mi aun me quedan unos metros para salir, tampoco me ha ido tan mal.
Al salir del agua la gravedad se te hecha encima, es una sensación extraña y a mi siempre me aturde unos instantes haciendo que me cueste correr. Escucho las voces de ánimos, la playa está repleta, entre las voces distingo la de Joan Carles (Pintores), este último año hemos compartido muchos entrenos y competiciones juntos y ambos compartimos un mismo objetivo, pasarlo bien y disfrutar del deporte en todos los sentidos.
Consigo correr por la arena gracias a los ánimos pero cuando llego a las escaleras mi cuerpo me pesa, me cuesta subir, decido tomármelo con calma, recuperar aliento y volver con más fuerza. Escucho mi nombre, no se si me animan a mí ya no veo a nadie, solo veo al corredor que llevo delante. Me adelantan unos cuantos atletas y entre ellos Pedro (crazyfeet) que me da ánimos. Entro en la transición y escucho el pitido del chip al pasar por la alfombra.
Ya estamos en la T1.
Continuara...
Imagino que lo del trance nos sucede a todos, y para muestra un botón. Por más que lo intento visualizar mentalmente no recuerdo para nada chocarme con otro triatleta y tú me viste!!
ResponderEliminarJaime, por lo que yo recuerdo (puede ser que me confundiera y fuese otro) chocaste con el que sale en la foto de arriba (el del slip, jeje). Se te cuzó al salir del agua y lo apartaste un poco con las manos para salir corriendo. Ya te digo que es lo que creo porque en ese momento yo aun nadaba y lo veía de brazada en brazada, jeje.
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