El problema viene para entrenar la bici. En este medio la luz solar es importantísima, no solo para poder ver por donde vas (para eso ya hay luces para bici) sino para que los demás te vean. Al final no te queda otro remedio que intentar aprovechar al máximo los momentos que puedes robar al día y acabas probando múltiples combinaciones.
Ya os he comentado alguna vez que, junto con otros compañeros de Brújula quedábamos en la hora de la comida y aprovechábamos para hacer una salida rápida de 1 hora exprimiendo al máximo el tiempo para poder sumar algún que otro km. El jueves probé otra opción que, gracias a que ahora los días son largos, resultó ser una pasada.
Salí a las 18:30 del trabajo y fui directo a casa, me cambié lo más rápido posible y a las 19:10 ya estaba encima de la bici. Enfilé directo hacia Bunyola y de ahí sin pensarlo dirección a Orient. La subida fue dura y aproveché para hacer algunas series de fuerza que, sumadas a los dos días de gimnasio de esta semana, me dejaron roto.
A los 50 minutos de salir de casa ya había coronado el Coll de Honor y a partir de ahí el resto de la vuelta es mucho más rápida. En total tardé 1:35 por lo que se me hicieron las 20:45 y aun quedaba la luz justa para circular con seguridad.
La verdad es que es una suerte vivir en una isla como Mallorca porque poder disfrutar de subir un puerto tan bonito haciendo una ruta de 37 km saliendo de casa no tiene precio!!
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