En cuanto a mi participación en el duatlón, acudía a la cita con muchas dudas. Hace semanas que no entreno con regularidad y no es rara la semana que como mucho hago una hora de correr o 2 horas de rodillo en total. Con estos entrenamientos no sabía muy bien lo que podía pasar así que mi única estrategia era salir con calma y ver que pasaba.
No fue un duatlón multitudinario pero en general estábamos muchos de los habituales y el tiempo, entre saludar a unos y otros, iba pasando deprisa. Calentamos, pequeña charla técnica, fotaza de equipo y directo a la salida.
Aunque era un 10.000 la gente salió rápido, como siempre, y poco a poco nos fuimos colocando. Junto a mi corre Nyako y Toni Swim algo adelantado ya se escapa. Como se que no son mis compañeros para hoy echo la vista atrás y viendo al Presi y a Alex que vienen cerca me acomodo a su ritmo y juntos hacemos todo el 10.000 a buen ritmo entre risas y alguna broma en forma de foto.
En cuanto nos subimos a la bici la adrenalina empieza a circular. Se que de este sector depende totalmente mi resultado final así que las dudas empiezan a rondarme. En los primeros metros, cuando ya nos hemos vuelto a agrupar el Presi, Alex y yo, de repente un ruido en la rueda trasera del presi nos hace girarnos. Miquel se para y nosotros seguimos ya que la cosa pinta a avería y así fue finalmente. Alex y yo nos apañamos juntos y vamos progresando conscientes de que no tardaría en engancharnos el grupo de Triats que venía persiguiendonos. Nos alcanzan avisandonos para que nos enganchemos y en cuanto lo hacemos empieza la fiesta.
NUNCA HABIA DISFRUTADO TANTO de rodar en bici en competición como los pocos kilómetros en que rodamos un grupo muy númeroso de Triats y nuestro amigo el cubano haciendo relevos cortos y adelantando a todo aquel que se nos cruzaba. La maquinaria funcionaba y al principio llegué a pensar que este podría ser un gran día.
Tras las cuestas y el viento en contra hacemos el giro y con viento a favor y bajando nos ponemos a rodar a medias de vértigo haciendo que los repechos se subieran en un par de pedaleadas fuertes. Es precisamente en uno de esos repechos en los que tiras de "fuerza" en los que mi gemelo derecho decide que ya ha habido bastante y se me sube hasta la rodilla. En un primer momento trato de estirarlo pero no hay manera. Me adelanta Berto y me pregunta como estoy, le digo que jodido e intento aflojar y mantenerme en le grupo sin forzar. Me es imposible y acabo decidiendo aflojar del todo y pasar a rodar al ritmo que me permitan mis piernas.
A partir de aquí el resto de la carrera carece de importancia, conseguí terminar pero no me gustaría que pareciera que fue un gesto épico ni un acto de valentía ni nada por el estilo, simplemente seguí rodando y corriendo hasta cruzar la meta.
Punto de inflexión
Tras la carrera, y la decepción por como había transcurrido, mi cabeza no dejaba de darle vueltas a muchas cosas. Hace algún tiempo que en lo que se refiere al triatlón he adoptado una postura del tipo "laissez faire" (dejar hacer) y el resultado tarde o temprano era de esperar. Este no es un deporte en el que puedas plantearte no hacer nada de lunes a sábado y el domingo competir. Pero además si no compites, cuesta motivarse y acabas dejándote cada vez más. Teniendo en cuenta esto he decido parar unos días, pensar en que es lo que quiero hacer y tomar una decisión para salir de esta espiral.
De momento no se que camino seguiré pero sea cual sea seguro que me lleva a un lugar mejor ;-)